Muchas veces te preguntas si es necesario de verdad alimentar o hacer ejercicio con un ritmo normal dentro de tu rutina diaria. Pues te cuento mi historia para que sepas que es impensable no hacerlo. Realmente, estos cambios en esos dos aspectos de mi vida me han transformado la vida, literalmente.
¿Mi padecimiento?
Desde joven sufrí con la irregularidad de mi menstruación, la ganancia de peso constante, a pesar de que no comía ni la mitad de comida que consumían mis hermanas.
Mis triglicéridos estaban altos todo el tiempo. Tuve que tener una dieta estricta con los azúcares y los carbohidratos. Un tiempo logré bajarlos, pero el mínimo descuido volvían a subir.

Un giro inesperado
Lo que a todas nos sucede. Me enamoré como loca de mi esposo. Al año de novio nos casamos. Todo fue muy bonito.
Pero cuando decidimos formar nuestra familia, nuestro núcleo familiar comenzaron los problemas…
Después de 6 meses de intentarlo, no quedé embarazada. Decidimos recibir ayuda de médicos.
Después de muchos exámenes y pruebas me di cuenta que tenía ovarios poliquísticos, y por eso mi desarreglo menstrual.
También tenía alto los triglicéridos y el chocolate me irritaba la tez del rostro. Así que tenía mucho que mejorar.
Mucho tiempo y nada
Fue más de 6 años buscando ese ansiado sueño. Pero nada.
Un doctor en específico, con su mal tratamiento, hizo que mi menstruación se fuera al garete. Para tener mi regla, tenía que tomar hormona constantemente. Lo sé, terrible.
Cómo te podrás imaginar, no hubo manera de evitarlo, pero mi condición seguía empeorando, porque el sobrepeso fue demasiado.
El remate
Para empeorar toda la situación, me diagnostican un cálculo en la vesícula, después de un episodio tremendo de dolor que tuve.
Por más de 6 meses no pude comer adecuadamente, porque todo me daba dolor. Así que mis comidas eran pocas y en poca cantidad.
Gracias a ello, rebajé la grasa que había acumulado por tanto tratamiento. Pero también había perdido mucha vitalidad en el proceso.
Un cambio radical
Después de esa situación tan difícil, mi esposo y yo decidimos detener toda esa búsqueda infructífera y disfrutar nuestra relación.
Nos dimos un cambio de ambiente, cambios de pensamientos.
Mi preocupación estaba en mi cuerpo y en lo débil que me sentía. Así que decidí apuntarme a un gym y ser ayudada por un entrenador.
Fuertes rutinas de ejercicios
Como ya estaba cuidando mi comida, ahora debía cuidar mis ejercicios.
No más hormonas. Por más de 6 meses no vi menstruación.
Luego de comenzar una rutina de ejercicios con peso, no exagerado, pero sí con una rutina que realmente me funcionara.
El cardio fue brutal. Logré lo que nunca había podido: correr 45 minutos. Jamás pensé en lograrlo.
Luego de dos meses de entrenamiento, mi menstruación llegó. No puedes imaginar lo feliz que estábamos.
Una gran sorpresa
Luego de 6 meses de entrenamiento constante, la menstruación se me regularizó completamente. Muy contentos por eso.
Mi cuerpo estaba ya tornándose fuerte y saludable. Me sentía otra persona.
Luego de un año con mis ejercicios, ocurrió lo impensable: quedé embarazada.
Sí, así como lo escuchas. Nunca imaginé que fuera esa la situación, pero lo estaba.
Sí, grité de emoción cuando lo supe.
Mi conclusión
Para tener una buena vida, menos problemas de salud y de enfermedades, es imprescindible tener una buena alimentación y una buena rutina de ejercicios.
Debes realmente quererlo y hacerlo. Tu voluntad es más que suficiente.
Estar delgados y sanos no es cuestión de estética, es cuestión de salud.
Y si quieres salir embarazada, tu cuerpo es un templo. Debes ejercitarte bien, estar en buenas condiciones para que se dé
De lo demás, se encarga la Vida.